La historia se centra en una importante amenaza dirigida a los Estados Unidos, cuando tres dispositivos nucleares están controlados por un único villano. 48 horas antes de que se activen, dos agentes del FBI tendrán que decidir hasta dónde están dispuestos a llegar para encontrarlos y desactivarlos.
Un destacado thriller psicológico sobre el terrorismo y los métodos de tortura para contrarrestarlo.
La historia: un terrorista ha colocado tres bombas nucleares en distintos lugares de los EEUU. Cuando es apresado, un equipo tratará de interrogarle sobre la ubicación de los explosivos. El problema surgirá cuando los representantes de la seguridad nacional no se pongan de acuerdo sobre los métodos para sacarle la información al peligroso criminal extremista.
Lo mejor de la película es la manera en que está planteado su argumento, donde no es simple el poder juzgar desde la ética a los personajes. La cinta nos propone una trama ambigua sobre hasta dónde el fin justifica los medios, y nos hace pensar sobre qué límites morales no se deberían pasar para no violentar los derechos humanos. Es un filme complejo, el cual nos hace preguntarnos cuándo dejamos de ser humanos y cuándo se justifican aberraciones para evitar males mayores. Y con ese marco de duda es muy complejo determinar en la historia qué conductas son correctas y cuáles son desviadas y abusivas. Es interesante el solo hecho de pensar que en cierta forma uno puede llegar a lograr empatía con el villano de turno, dado que los métodos de tortura muchas veces no se alejan de la barbarie que precisamente se quiere combatir.
Además hay que decir que es una cinta de bajo presupuesto, que reduce sus localizaciones de filmación a escenarios interiores propios de una sala de interrogatorio/tortura donde se cuece un intenso thriller psicológico. El mismo está muy bien actuado, donde se destacan Carrie-Anne Moss como agente del FBI propensa a una actitud humanitaria para con el interrogado; Samuel L. Jackson como un despiadado torturador al que sólo le interesa conseguir información sin importarle el sufrimiento ajeno, y Michael Sheen como terrorista.
También hay que comentar que la cinta posee bastantes escenas sangrientas y explícitas.
En fin, un producto destacado. Pues es entretenido, tenso, bien actuado, da lugar a debates profundos, posee bastante explicitud de violencia, no es edulcorado ni maniqueo y además no desperdicia mucho dinero en su presupuesto.
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